¿Queremos niños buenos o niños felices?


Después de leer el titulo con el que empezamos hoy, muchos responderéis: ambas cosas. Y lleváis razón. Pero vamos a profundizar un poquito más en el asunto.

¿Qué pasa cuando etiquetamos a nuestro niño de bueno? ¿Y de malo? Pues lo que ocurre es que nuestros hijos, a la larga, tienden a comportarse como tales. Y aquí me diríais, ¿si yo le digo a mi hijo que es bueno a la larga será bueno? No, no funciona así.

¿Cuándo decimos que un niño es bueno? Normalmente, cuando es un niño tranquilo, obediente, trabajador, colaborador… ¿y malo? Cuando el niño es nervioso, “revoltoso” (aquí tendríamos que ver que es ser revoltoso en un niño, pero bueno, aquí lo dejo), desobedece, tiene rabietas…

Sin embargo ahora os muestro una situación.

Marta es una niña “buenísima”: saca buenas notas, siempre come sentada sin levantarse, recoge todos sus juguetes sin rechistar y siempre obedece a sus padres. Por eso ellos siempre presumen de lo buena que es su hija.

Un día, en el cole, un niño pega a Marta tras reírse de ella varias veces por la ropa que lleva ese día. ¿Qué hace Marta?

¿Qué creéis que hace?

Pues os cuento lo que Marta hizo (por supuesto Marta no es su nombre real).

Marta lloró y no se defendió. Es más, ni siquiera se lo contó a nadie hasta días después cuando su madre ya estaba cansada de preguntarle que le pasaba, ya que la veía muy triste. Y, ¿por qué dijo Marta que no se defendió y no lo contó? pues precisamente porque Marta llevaba una etiqueta enorme de que era una niña buena y de que los niños buenos no pegan.

Debemos enseñar a nuestros hijos que ellos, al igual que nosotros, tenemos una parte “buena”, “blanca”, “dulce” y otra parte “mala”, “negra”, y no tan dulce. Y esto se hace enseñando a nuestros hijos a entender sus emociones y las de los demás. A conocerlas y a vivirlas. Porque así, SIN ETIQUETARLOS, y aceptando todas las partes por las que estamos formados, seremos seres COMPLETOS, con las emociones que se consideran buenas y con las que no nos gustan tanto, pero que son igual de necesarias.

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